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viernes, 6 de diciembre de 2019

Robert y Channel


Robert se encontraba en su estudio. Estaba solo, su amada Channel, como siempre había salido. Él esperaba ansioso la activación del sensor de movimiento ubicado en el sótano. Llevaba varias semanas experimentando y siempre había fallado. En esta oportunidad había calculado muy detalladamente todas las variables. Su tranquilidad y felicidad dependían del éxito de este último invento. Todo lo hacía por su querida Channel aunque ni ella sabía en qué se ocupaba cuando se encerraba en el sótano. Nadie podía conocer en qué trabajaba ya que el éxito de su invento significaba una pérdida para alguien.
Fue cerca de las tres de la madrugada cuando se activó la luz que indicaba que el sensor de movimiento había captado algo. Quedó inmóvil, por instinto aguantó la respiración y a los pocos segundos escuchó un maullido inconfundible y el correr desenfrenado del animal. Nuevamente había escapado. Robert exhaló profundo, se acarició el cuello y exclamó muy suave: —¡Joder!
Se hundió en el sillón queriendo pensar en nuevas maneras de atraparlo, sin embargo, como suave lluvia las dudas comenzaron a llegar y una sensación de fracaso lo invadió: “Nunca lo lograré, ese gato es demasiado inteligente para caer en trampa alguna”. También llegaron a su pensamiento sombrías reflexiones que ahondaron su tristeza: “¿Es correcto lo que hago? ¿Y si yo fuese el afectado, qué haría? ¿Qué pasaría si me descubriesen?” Inmerso en aquellas meditaciones extravió el sentido del tiempo, hasta que ya sin esperanzas de éxito finalmente tomó una decisión: temprano en la mañana llamaría a su amiga Mónica. Ella puede ayudarlo a resolver su preocupación. Fue difícil para él tomar esa decisión. No quería perder a Channel, su gran compañera.
Con pies cansados salió del estudio rumbo a su habitación. Robert cayó pesadamente sobre su cama. Durmió mal y poco, sin embargo, se levantó muy temprano y conversa con su amiga Mónica. Quedaron en encontrarse antes del mediodía.
Cerca de la hora de salida, Channel continua durmiendo, así que Robert le acaricia suavemente el entrecejo mientras le dice:
—Mi linda… mi reina, levántate, tenemos que salir.
Ella lentamente entreabre los ojos y vuelve a cerrarlos. No muestra el más mínimo interés en sus palabras. Todavía con sueñito en sus ojos se despereza lentamente una y otra vez. Había llegado temprano en la madrugada. Anduvo por el barrio dando vueltas hasta que coincidió con Mark. La misma luna de siempre brilló con más fulgor para ambos. Ella ama a Robert, pero no consigue evitar salir de casa. Necesita la atención que sólo Mark puede darle.
—Despierta cariño. Mónica nos espera. Además, tengo que confesarte algo. No te había dicho nada porque quería darte una sorpresa. He realizado muchos intentos para tener a Mark con nosotros. Lo he hecho por miedo a que me dejaras. Ya no sé qué inventar para capturarlo. Anoche volví a fallar. Además, ya no me parece justo encerrarlo aquí y dejar a su dueño sin mascota. Discúlpame mi reina por lo que voy hacer, pero no te quiero perder, solo me queda esta opción: Llevarte a esterilizar. Hoy tienes cita con la veterinaria. ¡Levántate mi linda Channel, Mónica nos espera!


domingo, 1 de diciembre de 2019

Instante # 32






                       El canto del Chirulí
                             acompaña al Samán
                                       en su suave vaivén

miércoles, 2 de octubre de 2019

Fragmento # 2


Andrés camina de prisa, ansioso. Se detiene para tratar de comunicarse telefónicamente.
¡Coooñooo Inesita, contesta! ¡Qué mala costumbre de dejar el celular botado en cualquier lugar! (cierra la llamada, vuelve a intentarlo). ¡Atiende chica! Me dieron la excusa perfecta para salir hoy de casa. ¡Qué vaina con esta mujer que no atiende! (Inés atiende el teléfono) ¡Hola amorcito!, estoy por aquí cerca de tu casa y me gustaría verte. (Pausa) Es que estaba ladillao en el hotel y salí a caminar, no sé cómo llegué aquí, así que me dije: Dios me trajo hasta aquí porque Inesita me necesita. (Pausa) Anda chica, no seas malita, subo un ratico nada mas, mañana tengo que levantarme temprano. (Pausa) ¿Cómo que no puedo? (Pausa) ¿Y por qué no me dijiste antes que tenías que volar a Francia? (Pausa) ¡No me repitas mas que es tu trabajo! Debías decírmelo. Ahora me quedo yo aquí solo como un estúpido (Irónico) porque a la niña, no se le ocurrió decirme que tenía trabajo estos días. Y yo que me vine a inspeccionar la sucursal de Caracas tan solo para estar contigo. (Pausa) Sí, llegué esta mañana, (Pausa) ¡no tienes por qué reclamarme nada! No sabes lo complicado que es mi trabajo, me desocupé muy tarde y me fui al hotel a descansar…(Persuasivo, meloso) pero estoy tan desesperado por verte, que estoy aquí, casi en tu puerta, suplicándote un rato de amor para este pobre macho, tu esclavo quien te lleva a la gloria. (Pausa) ¿Y me vas a dejar así cómo pata e¨perro envenenado? (Pausa) No, no merezco que me dejes así Inesita, ¡yo doy mi vida para hacerte feliz y solo te estoy pidiendo un pequeño sacrificio por mi! (Pausa) déjame subir Inesita, y te garantizo que te vas radiante a trabajar (Pausa) ¡Ya, ya, no sigas! ¡Verga Inesita! Eres más inamovible que el Macizo Guayanés. (Pausa. Resignado) Está bien, nos veremos cuando regreses. ¡Te amo mi malvada princesa! (Culmina la conversación) ¡Me provoca matar a esa Inesita! ¡Con las ganas que le tengo y salirme con eso! ¡Ajá! ¿Y ahora qué voy a hacer? Si llego a esta hora a la casa, la bruja de Sofi va a estar despierta y va a querer joderme. Mejor voy al bar por unos traguitos, de repente me consigo con Esther y me da Servicio Premium para quitarme estas ganas. 
Fragmento de "Confesiones" escena 2.

sábado, 10 de agosto de 2019

Fragmento # 1


!Amor de mi corazón!, juntos hemos vivido la más placentera pasión que puede existir. Nuestro  amor que no conoce la palabra imposible, encontró un circuito abierto donde moverse libremente. Es como la mar embravecida que nos aproxima, que nos distancia, que nos hace permanecer fusionados y a la vez en libertad. Una mar que nos mantiene vibrantes y tan osados que podemos consumirnos fogosamente al sol y la luna unidos al universo en su totalidad.
Fragmento de "Carta de amor". Ganadora del Primer Concurso de Cartas de Amor de la Societé. (2018)

martes, 2 de julio de 2019

La poetisa


¡9 días sin musa! Esta gripe me ha dejado con el coco seco. Así se lamentaba Antonieta Méndez. No ha logrado escribir nada. Durante esos días escribió, borró, comió, escribió, durmió, borró y… tosió a más no poder. Durante ese período no distinguió las noches de los días. Estuvo inserta en un marasmo producto de la disnea y los medicamentos. Sus sueños son pesadillas donde la realidad se funde con la ficción de sus escritos.
Día 12. Antonieta, se encuentra en su estudio tratando de pescar a alguna musa huidiza. Las musas comienzan a llegar… pero se van rápidamente a otro lugar en el universo. Desde allí contempla a su nieta corretear a las gallinas que están en el patio trasero. Al poco rato, dos golpes fuertes a su puerta la sustraen de manera definitiva de sus pensamientos.
—Abue, abre la puerta. —Exclamó Patty con cierto alborozo— Abue, soy yo… abre.
Como es su costumbre, Patty no espera respuesta y entra corriendo y abrazándola con ímpetu le estampa un beso en la mejilla. La aturde con preguntas, le cuenta de su viaje a la playa y su última hazaña con las gallinas, mientras revisa el escritorio en busca de tesoros. Finalmente le dice:
—¿Sabes una cosa Abue? Cuando sea grande quiero ser como tú.
—¿Cómo yo? —Replica Antonieta—. ¿Y eso?
—¡Sí claro, como tú!— repite Patty abrazándola nuevamente.
—¡Ahhh! ¡Quieres ser grande e inteligente!
—No Abue… no es eso. Ya soy grande e inteligente. ¿No te acuerdas que ya tengo 7 años? Además, soy la número uno en mi salón. —Y dándose pequeños golpes con la palma de la mano  en la frente, prosigue sin respirar— ¡Qué memoria… qué memoria la tuya! ¡Quiero escribir como tú!
—¿Esta mañana escribí un poema para ti. ¿Quieres que te lo recite? —Instantáneamente, Patty se balancea de derecha a izquierda mientras recita— “mi abuela tan bella, la quiero mucho, ella me consiente mucho”.
Finalizado el poema, se lanza con tanta emoción a los brazos de Antonieta, que casi caen las dos al piso.
Ya para el día 14 de la crisis con las musas, Antonieta lentamente ha logrado hilvanar sus ideas. Esa tarde, se encuentra recostada en la hamaca que cuelga en el zaguán trasero. La brisa mece suavemente la copa de los arboles produciendo un suave murmullo que la tranquiliza y hace entrar en una especie de trance. Está satisfecha, se encuentra a punto de terminar una carta de amor para un concurso.
Como todas las tardes, Patty llega con gran alborozo, trae en las manos unas margaritas. Antonieta, con voz suave, le dice que hoy no se reunirán, que está muy cansada, que quiere dormir porque eso la rejuvenece.
Patty, la observa fijamente, se aprieta ambas manos, camina inquieta por el costado de la hamaca hasta que finalmente decide hablar:
—¡Nooooo Abue! ¿Cuántos años vas a tener que dormir?
Ante esa pregunta, Antonieta no supo qué responder. Fue tal su desconcierto que sólo logró desternillarse de la risa por muy largo rato.

domingo, 2 de junio de 2019

Brígido y yo

David:
Madre, Don Brígido murió en Caracas. Todavía puedo recordar el día cuando sus dos hijas clausuraron la bodega y se lo llevaron con ellas, fue después en que se quedó mudo y con los ojos perdidos en el vacío. Ese día desapareció la tierra mágica de mis juegos y perdí a un amigo imaginario… para mí fue un día aciago.

Amparo:
¿Amigo imaginario? Nunca sospeché que un señor tan mayor fuese tu compañero de juegos.
David:
Sí lo era madre, pero él nunca se enteró. Su bodega era el reino mágico que tenía que defender, el sitio de abastecimiento de combustible de mis naves. El yacimiento de los dulces milagrosos. Allí iba a recuperar mis fuerzas después de cada batalla contra los malos. ¿Recuerdas aquel juego de ollas antiquísimas que colgaban de la pared? Esas eran mis cascos mágicos. El papel de estraza se convertía en mi manto invisible. Don Brígido, un día era surtidor de combustible para mis naves, otro día era un caballero que me esperaba para pelear contra el enemigo. Otro día era un brujo maligno que había que combatir. Él nunca se enteró, pero siempre me acompañó en mis juegos. (Pausa) Desde ese día del robo, he pasado noches enteras imaginándolo teniendo en las manos las ollas y buscando con la mirada al falso comprador, luego, lo veo perplejo cuando mira la caja sin dinero. ¿Te imaginas madre al pobre viejo furioso, frustrado por la impotencia, él siempre tan orgulloso de sus habilidades a pesar de su avanzada edad? Imagine su orgullo herido. Madre, el día del robo, le quitaron mucho más que su dinero. Desde ese día Don Brígido perdió su dinamismo, sus ganas de vivir. (Pausa) Casi todos en La Asunción dicen que su falta de juicio fue por arteriosclerosis. Yo conocía muy bien a Don Brígido, usted me enviaba todas las tardes a hacer las compras, solo yo digo que fue por tristeza. Su indignación ante el despojo del que fue objeto fue tan grande que buscó refugio en un mundo donde las indignidades no existen.
Versión de fragmento del libro Margarita Infanta de Francisco Suniega.

lunes, 6 de mayo de 2019

Ideas al viento


Lucy deambula apaciblemente por el parque. El susurrar de las hojas apacigua y amarra sus ideas. Sabe que muchas de ellas todavía están cogidas con pinza. De repente, una fuerte brisa sacude de manera enérgica las copas de los árboles y sus cabellos. Lucy suplica desconcertada:
“!No se vayan… regresen… por favor!”. 

sábado, 16 de marzo de 2019

El regalo de Ratón Pérez

Ratón Pérez entra presuroso a su habitación. Cierra la puerta de un golpe, y continúa hasta llegar a la pared del fondo. Allí, se deja escurrir al piso. Chorros de sudor corren por su pelaje gris plomo y un galopar de caballos siente en su pecho. Minutos antes, su hermana Fifiqué casi queda viuda durante un encuentro a muerte con el Gato Turuley. Solo por la protección del dios de los ratones, él, Fiqiqué y sus sobrinos están vivos. Con el cuerpo todavía estremecido por el miedo Ratón Pérez balbucea “diosito bello, gracias por la patica que nos diste”
Mientras se recupera del susto más grande de su vida, piensa: “Tengo que protegerlos, sobre todo a Negrín que es el roedor más débil de mi familia”
—¡Debo ayudar, debo ayudar! —Repetía insistentemente—. Sus pensamientos giran como trompo loco y de repente ¡Pum! Aparece una idea.
—¡Fifiqué! Hermanita, ven rápido —grita Ratón Pérez.
Ella permanece en el cuarto de las visitas con sus tres hijos: Lulú, Bartolo y Negrín.
—¡Voy! —Responde Fifiqué quien todavía tiene el miedo reflejado en la voz y en los ojos.
—Querida hermana, tengo un regalo para ti —dice eufórico Ratón Pérez y ¡Zaz! la toma de los brazos y aunque tiene un oído desafinado para bailar, realiza unos cuantos pasos de tango.
—¡Ja, ja, ja! ¿Estás loco hermanito?, ¿es este el regalo? ¡Ja, ja, ja! —Fifiqué ríe y ríe sin entender a qué viene todo aquello.
Finalmente Ratón Pérez le dice: En este instante voy a realizar un talismán para tu familia y nunca más serán acosados por el Gato Turuley, eso sí…tienen que mantener el secreto para que funcione. Para ello necesito que traigas un sobre color naranja que está bajo la escalera.
.Fifiqué busca y rebusca rápidamente. Sobres de colores están por doquier “¡Qué desorden! ¡Ratón tenía que ser!”
—¡Al fin! ¡Lo tengo! —grita Fifiqué—. Y recorre el camino de regreso como alma que lleva el diablo.
Ratón Pérez, al analizar el contenido del sobre dice: —non problema. E inicia la preparación del talismán colocando los ingredientes en un frasco color ámbar y cantando en voz alta:
Doce sapitos de cuatro ojos, para la alerta;
un puñado de greñas de gato, para la energía;
un trozo de guaral de mono loco, para la osadía;
y varios rayitos de luna para que no los vean ni de noche ni de día.
Enseguida, vierte un chorrito de agua de pantano y durante unos minutos sumerge en él cuatro brazaletes rojos.
Mientras tanto, Fifiqué lo mira con ojos brillantes de la emoción.
—Trae a tu familia, debo ya continuar con la segunda parte de la preparación. —dice Ratón Pérez.
Fifiqué nuevamente rauda y veloz cumple la solicitud.
— ¡Alinear, alinear, de prisa! —Ordena a su familia.
—Ratón Pérez les tiene un regalo —dice Fifiqué.
Y los ratoncitos, con el corazón palpitante por la emoción, cumplen la orden.
—Repitan después de mí —Indica Ratón Pérez— y continuando de manera solemne y con voz grave dice:
—Este talismán me protege de todo gato, sobre todo del Gato Turuley. Que no me vea, que no me huela, que no sienta mis pasos. ¡Somos la Alianza Ratonil en Acción. —Al mismo tiempo coloca el brazalete rojo en la patica de cada uno.
—Gracias Ratón Pérez —corean felices Lulú, Bartolo y Negrín ya pensando en las travesuras que van a realizar al Gato Turuley
Alegres cantan y danzan: “Gato Turuley que no me hueles ni me ves, Gato Turuley un gran susto te daré”.
A partir de esa mañana, los tres ratoncitos recorren libres y dichosos toda la casa.

jueves, 21 de febrero de 2019

La Asamblea


Cuentan que hace mucho tiempo el cóndor andino descubrió tropas enemigas cerca de la frontera. Sin pérdida de tiempo, informó al Gran Dragón quien convocó a todos sus guerreros a una asamblea para construir juntos la defensa del territorio. Le preguntó a cada uno: ¿Qué está usted dispuesto a hacer por la defensa?
El representante de los monos es el primero en hablar:
—La sombra del enemigo no debe violar los espacios sagrados de los ancestros. ¡Usted ordene y nosotros obedeceremos!
El caimán negro informa que lidera un grupo muy variado de anacondas, anguilas, caimanes y pirañas y en tono irónico dice que “dará un buen recibimiento a quien visite nuestras aguas”.
—No tengo ejércitos, ni grupos —confesó el solitario jaguar— pero recorreré la frontera en busca del enemigo.
Y así, cada uno de los guerreros va dando a conocer cual es su aporte para la defensa. Los colibríes serán los mensajeros, las dantas y los capibaras se encargarán de trasportar a sitio seguro los heridos. La última en tomar la palabra es una pequeña zancuda que dice:
—Soy la representante de la Coalición de Pequeños Voladores y Pequeños Terrestres. Quiero expresar que estamos dispuestos a morir por defender nuestras tierras.
—¡Mosquitos ilusos! —chilla el águila arpía encolerizado.— Son pequeños e insignificantes, ¿Acaso esto es una broma?
Un gran bullicio recorre la sala, unos están a favor y otros en contra de la participación, pero los animales que conocen las hazañas de la Coalición guardan un respetuoso mutismo.
—Silencio! ¡Pido más respeto para mi gente! —Exige la zancuda, y luego continúa— La Coalición está formada por dos ejércitos: el del aire y el de tierra. El ejército del aire está compuesto por una gran variedad de familias de zancudos, entre ellas mosquitos tigres, además cuenta entre sus filas con pulgas y garrapatas.
Algunos animales ríen burlonamente y el Gran Dragón interviene para imponer orden. —¡A callar! En estos momentos toda ayuda es valiosa.
—Podemos ser esa baraja oculta que cambia el curso de la historia. —Continúa la zancuda— Para la batalla aérea la estrategia es la siguiente: Los grandes dragones crearán fuertes corrientes de aire que catapultarán a los zancudos por encima de las nubes. Desde allí, estos planearán hasta posarse sobre al enemigo. Las pulgas y las garrapatas irán a batalla sobre el lomo y los costados de los grandes voladores y luego abordarán al enemigo. Para librarse de las picaduras, muchos buscarán el curso de las aguas y allí los esperará nuestro aliado, el caimán negro y su grupo. Los enemigos que no logren llegar a los ríos pero que bajen a tierra serán picados, envenenados y comidos por el escuadrón terrestre compuesto por marabuntas, hormigas bala, escorpiones, arañas y avispas. Les garantizo que les será imposible librarse de ellos. La consigna de estos ejércitos es ¡Invisibles invencibles!
Todos quedan estupefactos, de pronto estrepitosos aplausos y vítores retumban en el lugar.
—Con la participación de todos lograremos la victoria. —dice el Gran Dragón satisfecho con la estrategia y da por terminada la asamblea.

viernes, 1 de febrero de 2019

viernes, 11 de enero de 2019

Instantes #12 - #20 - #10


El atardecer
deambula junto
a la tristeza mía

Y aquí estoy
con mis noches oscuras
a mi espalda

Lluvia ven,
cae sobre el ya marchito
 jardín de pasión

viernes, 4 de enero de 2019

La decisión


—¡Quítate del medio, no estorbes Janet!, ¡Es que la mato, me tiene harto, no volverá a molestarnos! —Le grita a su novia—. Y prosigue: ¡No va a estropear nuestro primer viaje en barco, y mucho menos la fiesta de Navidad!

Francisco, con los labios apretados y las aletas de la nariz hinchadas, busca desesperado en el camarote, hasta que consigue en el baño el arma para segarle la vida a la que tanto los acosa.
Toma la zapatilla y la empuña  con firmeza, levanta con lentitud la mano y… ¡Zas! Le asesta un golpe mortal a la cucaracha que tanto molestaba.