Nubes preñadas
de fantasías que un día
abrazaré
David:
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Madre, Don Brígido murió en Caracas. Todavía puedo recordar el día cuando
sus dos hijas clausuraron la bodega y se lo llevaron con ellas, fue después en
que se quedó mudo y con los ojos perdidos en el vacío. Ese día desapareció la
tierra mágica de mis juegos y perdí a un amigo imaginario… para mí fue un día
aciago.
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Amparo:
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¿Amigo imaginario? Nunca sospeché que un señor tan mayor fuese tu
compañero de juegos.
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David:
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Sí lo era madre, pero él nunca se
enteró. Su bodega era el reino mágico que tenía que defender, el sitio de
abastecimiento de combustible de mis naves. El yacimiento de los dulces
milagrosos. Allí iba a recuperar mis fuerzas después de cada batalla contra
los malos. ¿Recuerdas aquel juego de ollas antiquísimas que colgaban de la
pared? Esas eran mis cascos mágicos. El papel de estraza se convertía en mi
manto invisible. Don Brígido, un día era surtidor de combustible para mis
naves, otro día era un caballero que me esperaba para pelear contra el
enemigo. Otro día era un brujo maligno que había que combatir. Él nunca se
enteró, pero siempre me acompañó en mis juegos. (Pausa) Desde ese día del
robo, he pasado noches enteras imaginándolo teniendo en las manos las ollas y
buscando con la mirada al falso comprador, luego, lo veo perplejo cuando mira
la caja sin dinero. ¿Te imaginas madre al pobre viejo furioso, frustrado por
la impotencia, él siempre tan orgulloso de sus habilidades a pesar de su
avanzada edad? Imagine su orgullo herido. Madre, el día del robo, le quitaron
mucho más que su dinero. Desde ese día Don Brígido perdió su dinamismo, sus
ganas de vivir. (Pausa) Casi todos en La Asunción dicen que su falta de
juicio fue por arteriosclerosis. Yo conocía muy bien a Don Brígido, usted me
enviaba todas las tardes a hacer las compras, solo yo digo que fue por
tristeza. Su indignación ante el despojo del que fue objeto
fue tan grande que buscó refugio en un mundo donde las indignidades no
existen.
Versión de fragmento del libro Margarita Infanta de Francisco Suniega.
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