Cuentan que hace mucho tiempo
el cóndor andino descubrió tropas enemigas cerca de la frontera. Sin pérdida de
tiempo, informó al Gran Dragón quien convocó a todos sus guerreros a una
asamblea para construir juntos la defensa del territorio. Le preguntó a cada
uno: ¿Qué está usted dispuesto a hacer por la defensa?
El representante de los monos
es el primero en hablar:
—La sombra del enemigo no debe
violar los espacios sagrados de los ancestros. ¡Usted ordene y nosotros
obedeceremos!
El caimán negro informa que
lidera un grupo muy variado de anacondas, anguilas, caimanes y pirañas y en
tono irónico dice que “dará un buen recibimiento a quien visite nuestras
aguas”.
—No tengo ejércitos, ni grupos
—confesó el solitario jaguar— pero recorreré la frontera en busca del enemigo.
Y así, cada uno de los
guerreros va dando a conocer cual es su aporte para la defensa. Los colibríes
serán los mensajeros, las dantas y los capibaras se encargarán de trasportar a
sitio seguro los heridos. La última en tomar la palabra es una pequeña zancuda
que dice:
—Soy la representante de la
Coalición de Pequeños Voladores y Pequeños Terrestres. Quiero expresar que
estamos dispuestos a morir por defender nuestras tierras.
—¡Mosquitos ilusos! —chilla el
águila arpía encolerizado.— Son pequeños e insignificantes, ¿Acaso esto es una
broma?
Un gran bullicio recorre la
sala, unos están a favor y otros en contra de la participación, pero los
animales que conocen las hazañas de la Coalición guardan un respetuoso mutismo.
—Silencio! ¡Pido más respeto
para mi gente! —Exige la zancuda, y luego continúa— La Coalición está formada
por dos ejércitos: el del aire y el de tierra. El ejército del aire está
compuesto por una gran variedad de familias de zancudos, entre ellas mosquitos
tigres, además cuenta entre sus filas con pulgas y garrapatas.
Algunos animales ríen
burlonamente y el Gran Dragón interviene para imponer orden. —¡A callar! En
estos momentos toda ayuda es valiosa.
—Podemos ser esa baraja oculta
que cambia el curso de la historia. —Continúa la zancuda— Para la batalla aérea
la estrategia es la siguiente: Los grandes dragones crearán fuertes corrientes
de aire que catapultarán a los zancudos por encima de las nubes. Desde allí,
estos planearán hasta posarse sobre al enemigo. Las pulgas y las garrapatas
irán a batalla sobre el lomo y los costados de los grandes voladores y luego
abordarán al enemigo. Para librarse de las picaduras, muchos buscarán el curso
de las aguas y allí los esperará nuestro aliado, el caimán negro y su grupo.
Los enemigos que no logren llegar a los ríos pero que bajen a tierra serán
picados, envenenados y comidos por el escuadrón terrestre compuesto por
marabuntas, hormigas bala, escorpiones, arañas y avispas. Les garantizo que les
será imposible librarse de ellos. La consigna de estos ejércitos es ¡Invisibles
invencibles!
Todos quedan estupefactos, de
pronto estrepitosos aplausos y vítores retumban en el lugar.
—Con la participación de todos
lograremos la victoria. —dice el Gran Dragón satisfecho con la estrategia y da
por terminada la asamblea.