(Teresa y Elena, comienzan
a medirse la ropa, se cambian sin pudor las prendas. Victoria, tan solo las
levanta, se las coloca por encima de la ropa que trae puesta, para luego doblarlas
cuidadosamente).
Elena: (Viendo el vestido que
Victoria esta doblando en ese momento) Ese vestido es una belleza Vicky, anda
pruébatelo para ver cómo te queda.
Victoria: (Titubeando) No… no
hace falta. Sí me queda.
TERESA: Ese vestido era mío y
tengo unos recuerdos hermosos de él. No te hagas rogar chica, pruébatelo.
Quiero ver si te queda mejor que a mí en mis mejores tiempos.
(Victoria mira a ambas
y de muy mala gana se levanta y se desviste detrás del paraban. Tiene problemas
para bajar el vestido y sale para que Elena la ayude. Elena y Teresa ven los
morados en las piernas).
TERESA: (Señalando los
morados) ¿Y eso?
Victoria: (Apenada y tratando de
tapar algunos morados con las manos) No es nada...
Elena: ¿Fue Alberto verdad?
Victoria: (Casi en susurro, algo
avergonzada) En serio, no es nada. (Permanece en silencio) Lo que pasa es que…
a veces lo saco de quicio con mis cosas… y se irrita. Alberto es muy bueno… pero…
ustedes lo conocen, tiene su carácter…
TERESA: (Interrumpiéndola, levantando
la voz) ¿Es muy bueno? ¿Y te maltrata? ¿Qué tienes en esa cabeza que crees que…?
Elena: (Interrumpiéndola) ¡Lo sabía, lo sabía! ¡Qué bestia! Siempre
me negaste que fuera violento. ¡Qué buena vaina chica! ¿No te das cuenta lo que
hace contigo? Ese tipo es un monstruo.
TERESA: Vicky por Dios, dinos
qué está pasando ¿O el hombre ese te tiene amenazada?
Victoria: (Titubeando, con la
cabeza baja) Alberto me ama con locura, me lo dice, me lo demuestra. Me
protege, no me falta nada… lo único es su carácter… se molesta de nada, sobre
todo cuando bebe.
Elena: (Exasperada) ¡Ya!
¡Para! ¡Sigues con la misma cantaleta! ¿Qué te protege? ¡Coño! si pegarte
significa que te quiere y te protege, estas en el mundo al revés. (Mirando
fijamente a Victoria) Cuéntame una cosa: ¿Cuando dijo que no podían ir a la
playa era porque tú estabas como una berenjena?
Victoria: (Demora en responder y
lo hace lentamente) ¿Por qué preguntas eso?
Elena: ¡Estás loca¡ ¡Te ama
con locura y te golpea! ¡No me repitas ese disparate de que lo provocas y lo
sacas de quicio! Ese hombre es violento, no necesita excusa para apalearte. ¿Por
qué no lo vi antes Dios mío? Mi pobre hermanita en manos de ese salvaje.
Fragmento de "No es un cuento de caminos" Escena VI
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