¡Cariño
mío! ¡Fuego de mi corazón! Desde que te fuiste lejos… muy lejos, este pecho mío
no ha parado de llorar.
Cada
día estoy más sola, triste; sin tu canto, sin tu risa, sin esos ojos de
negrísimas pupilar tan llenos de ternura que me hacían estremecer.
No
te imaginas cuánto me hacen falta tus brazos para poder descansar.
Entregaría
mi vida entera a cualquier deidad, bruja, hechicera ¡a quien quiera que sea que me conceda el
deseo de estar contigo una vez más!
Quiero
deleitarme con tus besos; sentir la calidez de tus abrazos y que nuestras almas
se fundan una vez más. Y esa noche, cuando me sumerja en las aguas profundas de
mis sueños, que el olor de tu cuerpo impregne mis sentidos y así dormir con el
suave calor de tu piel.
¡Amor
mío! ¡Apolo mío! No sabes cuánto te
extraño. ¡Extraño todo, todo, extraño todo de ti! Agonizo de dolor y tristeza
porque no estás a mi lado.
¡Cariño
mío! ¡Fuego de mi corazón! ¡Ya no sé vivir sin ti!
¡Valla! Que impresionante sentimiento.
ResponderBorrarVibré...